lunes, 10 de diciembre de 2007

Tren al Sur


Todas las historias antes escritas aquí pertenecen al pasado, un pasado único lleno de esas anécdotas que solo me pasan a mí y que al pasar los años me parecen divertidas.
Pero como en todo, esta es una excepción.

Este es el presente y el futuro, son las historias que comenzaran a aparecer pero desde un escenario diferente, así es, porque no hay que olvidar mi calidad de foránea, eso de no ser de ningún lugar. Así que fiel a eso emprendo nuevos rumbos, con sonrisas que lo aceptaron y caras largas que no, pero de una u otra forma parto.

Ya no sería foránea si siguiera en el mismo lugar por tanto tiempo, Santiago ya me tuvo mucho tiempo, con su smog, su transantiago y los vendedores de helado en las micros, el taxi vaca, la gente que se golpea en las calles y todo eso que disfrute y que estuvo bien por un tiempo.

Ahora es tiempo de la aventura nuevamente, de conocer nuevas cosas y “acostumbrarse” a otras tantas. Estoy segura que entre sureños, longanizas y alguna que otra vaca o chanchito nacerán nuevas historias que espero sigan leyendo.

Aunque esta despedida no ha estado exenta de anécdotas que ahora no me parecen tan cómicas pero se que lo serán cuando las recuerde en algún momento etílico o con alguno de ustedes.

La radio(amen jijiji) los amigos, los compañeros de universidad, los partners, los anónimos, y con toda o todo aquel que vivió alguna de esas locas experiencias conmigo..Les digo que solo me voy por un tiempo.

No hay que acostumbrarse a los lugares, a las ciudades ni a nada, las costumbres no son buenas. Y así como me fui tan de pronto puedo volver, si, suena como amenaza y es así.
Así que ahora que estoy subiendo al tren las maletas, el canasto y atándome las trenzas esta Carmela vuelve al sure, pero recuerden que solo cambio de escenario y de actores secundarios, pero los principales siguen siendo los mismos…no es una despedida, solo una advertencia que las historias tendrán un aumento de modismos sureños